LO POLITICO POR SOBRE LO TECNICO
Caso Challenger en la actualidad. Levitt y Dubner (2015) advierten que "una vez que un jefe se acelera, hace falta mucho valor para tener en cuenta fallos potenciales. La política institucional, el ego, el impulso, todo conspira contra ti." El vuelo del Challenger era un hito muy importante para la NASA y la humanidad; entre la tripulación iba una civil, maestra de escuela. El 27 de enero de 1986, la NASA cuestionó las dudas del Ingeniero McDonald, responsable de la Morton Thiokol en Florida (empresa contratista que construyó los motores para dicho lanzamiento), porque el frío reinante en ese momento (-8°C) podría dañar cierto proceso vital en los propulsores, los que nunca se habían probabo bajo los 12°C. Como Morton Thiokol no contaba con resultados de pruebas de los motores propulsores en escenario de -8°C (hasta ese momento algo inusual para Florida), la NASA desestimó la recomendación de McDonald y buscó la autorización de la máxima autoridad de Morton, en Utah. Del contenido de la conversación, sólo se supo la autorización oficial del lanzamiento desde la casa matriz de Morton, a total extrañeza de McDonald.
El Challenger despegó el 28 de enero de 1986 y explotó a los 73 segundos, en pleno vuelo. Lo técnico carece de espacios
para acomodos y maquillajes; sólo ofrece seriedad, profesionalismo y la virtud de hacer las cosas correctamente, sin
dobleces de ningún tipo. No deja espacios para la compra de barras de fierro para la construcción, pero con nuevas
aleaciones de metales que redujeron el costo, pero vulnerando la resistencia del material, para finalmente arriesgar
la caida de puentes, edificios y pérdidas de vidas humanas, como ha sucedido. De alguna forma, quienes practican la
política (que en esencia apunta al beneficio e intereses colectivos de la sociedad), por razones que cada cual puede
afirmar, tal parece que como sociedad caemos siempre en el error de bloquear el necesario y virtuoso equilibrio entre
lo técnico y lo político, siendo ambos elementos un acicate para el bienestar y desarrollo armónico, sensato y decente
de toda sociedad. Tal parece que hay que motivar con fuerza a muchos técnicos para entrar al juego de la política, pero
con la ventaja del conocimiento especializado, más el resguardo del capital de valores éticos y morales. Al fin y al
cabo, hay que devolverle a la vida lo que tan generosamente ésta nos ha regalado y dejar como legado un mundo decente
y digno para nuestros nietos.
Linkedin Camilo Acevedo Vidal/
CONFUSION DE INTERESES
Había una vez en que la educación se regía por la vocación de servir, donde se educaba con amor y por amor se educaba. Pero también se corregía con amor; y por amor se corregía. Así, casi no existía confusión acerca de los intereses virtuosos a conseguir individualmente o en comunidad. Al presente, no tengo duda que educar por amor y con amor persiste, sólo que, en una minúscula minoría, sin perjuicio del rol que cada cual asume: profesor, padre, madre, tutor, guía, amigo, hermano. Al presente, corregir puede costar hasta la vida física, la muerte de una buena reputación y hasta la muerte de tu propia motivación. Una verdad irrefutable es la que nos regala el psicólogo clínico Thomas Gordon y sobre la cual te invito a reflexionar: “Tú y yo tenemos un conflicto de intereses. Yo respeto tus intereses, pero debo respetar también los míos. No utilizaré mi poder sobre ti para ganar y que tú pierdas. Pero no puedo ceder y dejar que ganes a costa mía. Así, pues, acordemos en buscar juntos una solución que satisfaga a tus intereses y también a los míos.”
La pregunta es, entonces, ¿qué intereses son los que deben prevalecer? ¿Los tuyos? ¿los míos? ¿O acaso deben prevalecer los intereses
comunes, que sean de mutuo beneficio? Una vez tengamos claro aquello y recuperemos el más puro sentido de la educación, es probable
que podamos corregir con amor y, por amor, corregir, sin que ello signifique caer en malas prácticas, sino hacer el bien. Familia,
Empresa y País dependen de aquello. Desde Chile, con amor.
Linkedin Camilo Acevedo Vidal
YIN-YANG DE LAS PALABRAS
Desde hace muchos años se encumbraron palabras de diario uso en el lenguaje social y económico, como corrupción, intolerancia, injusticia, ilícito, mentira, ineptitud, traición, caradurismo, cobardía, ignorancia y otros conceptos capturados por autores contemporáneos de libros como "La generación idiota" y "El triunfo de la estupidez", entre otras peores (una de ellas de sigla análoga a la marca mundialmente conocida como HP, pero en la jerga vernacular de muchos países, como concepto de máxima degradación hacia alguien). La señal común de este fenómeno nos evidencia odiosidad (falta de amor), envidia, codicia y, como probablemente clasificaría Stamateas, serían el reflejo de la más pura psicopatía. Y la sumatoria de todas, podría indicar la carencia / pérdida de espiritualidad. Quizás todas estas palabras ambivalentes (cada una tiene una raíz decente y culta) convergen en la ignorancia. En efecto, hemos visto cómo se ha perdido la decencia, el respeto, los valores, los principios éticos y morales, hasta la misma paz. La empatía y la generosidad han sido reemplazadas por el individualismo apático, la indiferencia y la soberbia.
Todo apunta a recuperar la educación de verdad, la buena educación para que vuelvan a sobresalir las palabras nobles y decentes.
La Dra. Concepción Company (experta en lingüística) alude al respecto: "Cuando hayamos aprendido que se vive mejor sin transgredir,
empezarán a caer esas palabras en el olvido". Agrega que una sociedad debe hacer prevalecer las reglas. Quien transgreda las reglas,
debe someterse a las consecuencias.
Hoy, la región está sometida a una especie de hipnosis colectiva, porque aún la gente viaja, come y festeja; mientras que, por el carril
de la planificación del futuro, las señales con completamente adversas. Estemos atentos y seamos protagonistas activos de un buen futuro,
no observadores pasivos -política y cívicamente hablando- de un mal presente. Desde Chile con amor.
Linkedin Camilo Acevedo Vidal